Créditos
Editora:
María Elena Esparza
Diseño:
Maira Cortés
Referencias:
La representación
de lo feo,
Immanuel Kant
Historia de la belleza, Umberto Eco
©Derechos Reservados
México, 2013
Lo 'feo' en el arte
Retrato de un hombre anciano y un niño,
de Domenico Ghirlandaio
Pintado alrededor de 1490 por el artista italiano, icono del naturalismo, este cuadro forma parte de la colección del Louvre. Destaca en la obra la deformidad de la nariz del hombre, evidencia de rinofima.
Cabeza de Medusa, de Peter Paul Rubens
Inspirado en el mito griego del monstruoso ser al que decapita Perseo, el pintor flamenco pintó esta obra en 1617. Se exhibe en el Kunsthistorisches Museum, de Viena. El objetivo de Rubens era provocar miedo en el espectador, ¿crees que lo logra?
Caricature, de Bartolomeo Passerotti
Conocido por acentuar lo grotesco, el italiano del siglo 16 se especializó en crear retratos de campesinos. En esa época, transmitir con fidelidad los defectos naturales era uno
de los objetivos principales del arte.
El Castigo de Marsias, de Tiziano Vecellio
El desollamiento de un Sileno que desafió al dios Apolo es retratado crudamente en este óleo del renacentista italiano. Actualmente se exhibe en el Museo Estatal de Kromeriz,
en la República Checa.
El Pecado, de Franz von Stuck
La perversidad y lo pecaminoso son dos de los grandes temas en la obra del artista alemán. Esta pintura, de 1893, es su obra más conocida y puede ser vista en la Galería Nacional de Palermo. Observa bien las serpientes que casi se camuflan con la mujer.
El enano Morgante, de Agnolo di Cosimo
Braccio di Bartolo, apodado Morgante, divertía al Granduque Cosme I de’Medici con su acto de cazar aves usando un búho. Esta obra fue creada en 1553 por el pintor italiano apodado Bronzino, censurada por obscena en el siglo 19 y actualmente
se exhibe en la Galería Uffizi, en Florencia.
Fresco del Infierno, de Giovanni da Modena
En 1410, el pintor empezó a decorar el interior de la Basílica de San Petronio, en Bolonia. Esta obra, inspirada en un pasaje del Infierno de Dante, fue pintada "lo más horrible posible", como lo había pedido Bartolomeo Bolognini en su testamento.
La duquesa fea, de Quentin Massys
Una vieja aristócrata empeñada en recrear su juventud con ropa
y accesorios fuera de lugar para su edad es la protagonista de esta obra que se exhibe en la National Gallery, en Londres.
Fue creada en 1513 por el artista flamenco.
Mujer que llora, de Pablo Picasso
La Guerra Civil Española marcó esta obra, realizada por el español como un grito de protesta ante el caos y la destrucción. El dolor y el sufrimiento marcan la distorsión de las líneas y los colores estridentes, como si la protagonista se mirara en un espejo roto.
Retrato de Antonietta, de Lavinia Fontana
Antonietta heredó de su padre Petrus Gonzales la hipertricosis lanuginosa y aunque su aspecto podría incomodar a más
de uno, la pintora barroca italiana hizo de ella un retrato
de gran delicadeza. Así, demuestra que lo feo puede ser bello
a través del arte.
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